El criterio de selección, que los autores reclaman como su principal aporte, dio origen a varios libros en los cuales los compiladores pusieron todo su criterio y todo su esfuerzo de escritores a efectos de entregar al público (como en efecto ocurrió) unos textos iluminadores y significativos aun en las conductas más cotidianas de las personas.
Los libros de compilaciones son los de la SERIE LA CULPA ES DE LA VACA y LA CARTA A GARCÍA Y OTRAS PARÁBOLAS DEL ÉXITO, que fue el primer libro editado con Intermedio Editores en el año 2000 y que tiene una selección de textos para uso empresarial.
Las principales características de los textos que hemos seleccionado para nuestras compilaciones son: (1) Que sean breves: de esta manera se puede llegar a personas que no son lectores habituales. (2) Que provoquen en el lector una reflexión, o le induzcan a sacar una conclusión. (3) Que sean un aporte para su vida a cualquier nivel: personal, familiar, comunitario o general. (4) En su gran mayoría son textos que tocan temas sobre valores.
La mayor parte de estas selecciones son anécdotas, fábulas o parábolas, así como escritos cortos, que sirven a profesores, líderes comunitarios, padres de familia, gerentes, estudiantes, y a todo tipo de personas, para entender o ilustrar situaciones de su propia vida y para hacer pedagogía o reforzar valores sociales y espirituales.
El valor de las parábolas como medio de revelar la verdad se puede entender muy bien con esta parábola:
LA VERDAD Y LA PARÁBOLA
Hace mucho tiempo andaba la Verdad por las calles de los pueblos, tratando de hablar con la gente. Pero la gente no la quería, la despreciaban en especial por su apariencia simple y desgarbada.
La Verdad andaba sin lujos, sin pedantería, tan simple, pura y natural como es ella. Pero la Verdad era despreciada y humillada, se burlaban de ella porque no tenía encanto ni brillo. Su sencillez era tal que parecía desgarbada y descuidada. A pesar de su limpieza, no usaba maquillaje ni lujos. Olía bien, pero no usaba perfumes ni joyas.
Por lo tanto, en general no era invitada a los grandes salones, ni a las oficinas del gobierno. Los padres a menudo no dejaban que sus hijos se juntaran con ella. Las mujeres siempre la criticaban, pero no le ayudaban a mejorar su apariencia. Los más poderosos la veían casi como una mendiga.
Un día la Verdad andaba caminando y llorando, muy triste por todo esto que le pasaba; de repente se encuentra con alguien muy alegre, muy divertida, vestida con colores muy llamativos y elegantes, a quien toda la gente la saludaba. ¡Era la Parábola!
Por un momento, la Parábola ve a la Verdad y le dice: "Verdad, ¿por qué lloras?"
La Verdad le responde: "¡La gente me desprecia y me humilla. Nadie me quiere ni me aceptan en sus casas!"
Entonces la Parábola le replica: "Claro, Verdad, te entiendo porque te veo descubierta. Lo que pasa es que debes vestirte como yo, con colores, bien elegantes y bien vivos. Ya verás el cambio"
Parábola le prestó uno de sus vestidos a Verdad y, desde ese día, como un milagro, de repente la Verdad fue más aceptada por la gente y todos se acercaban a ella sin temores.
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